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Jorge Aizkorreta Jurado, nacido en Bilbao hace 46 años, desde hace quince reside en Logroño, ciudad en la cual desempeña su profesión como profesor de Pilates y gerente de su propio estudio durante ese período de tiempo. Son varios años en los cuales ha estado estudiando y formándose con diferentes escuelas, hasta encontrar la más adecuada y profesional, de la que, por fortuna, también es profesor de profesores. Una escuela única que combina a la perfección Pilates y biomecánica, especialistas en el Método. Su empresa actual lleva un corto período de tiempo, solo tres años, pero todo se fue gestando en su anterior estudio, que fue el que abrió compartiendo gestión. Finalmente escogió emprender camino en solitario y hacer realidad el sueño de toda persona, teniendo el trabajo que desea y poniendo sobre plano los sueños de siempre. El director del centro es el propio Jorge, pero está acompañado de tres profesionales más que le ayudan impartiendo clases y descargándolo de trabajo, para poder tener más tiempo para organizar formaciones de Pilates. Son un centro exclusivo de Pilates y trabajan todos los campos relacionados con este método. Sus alumnos son diversos, desde los que quieren trabajar algo de manera específica (temporada de esquí, preparación de oposiciones o de alguna competición…) hasta alumnos con diferentes patologías o dolencias. Explica Jorge que el Método Pilates es una herramienta fantástica para una mejora integral de la salud. Jorge conoció el Método Pilates por “casualidad”. Su anterior profesión y desde los 16 años era la de futbolista profesional. Comenzó su carrera en el Athletic de Bilbao desde temprana edad, y el resto de su carrera siguió entre diferentes equipos de primera y segunda división, incluyendo la selección nacional sub-21 (olímpico en Atlanta 96). Con 30 años sufrió una terrible lesión en la espalda (fractura avulsión L4-L5 con rotura de ligamento común anterior y severa lesión discal) que le obligó a retirarse un año más tarde, que era cuando terminaba contrato. Durante ese año conoció el Método Pilates, ya que al no mejorar nada, le dijeron que probara con esta disciplina. No sólo mejoró más en un mes y medio que en medio año con los médicos y fisios del club, sino que, viendo lo fantástico que era para un “tullido” (que era como Jorge se sentía en ese momento), supuso que tenía que ser “la bomba” para una persona sana. Al pasar casi tres meses con un corsé termoplástico en extensión y perder toda la masa muscular, (pasó de 88 kg a 79 kg), hacer Pilates fue para él como ver la luz. Al regresar a Logroño hace quince años decidió abrir uno de los primeros estudios en la ciudad, y el primero siendo exclusivo y trabajar de manera integral el Método, con toda su maquinaria.