Somos muy perfeccionistas. Cuidamos el más mínimo detalle. El fotógrafo previamente analiza elementos de composición, condiciones de luz, hora del día. El ayudante de cámara ayuda a distribuir los elementos a fotografiar, realiza retoques estéticos al momento (peinados, ajustar la ropa etc). El hecho de que el ayudante de cámara cuente con una cámara propia duplica la posibilidad de fotografiar momentos únicos que suceden de forma simultánea.
Poder ofrecer no solo una fotografía para recordar un momento especial, sino que esa fotografía en si se convierta en algo especial. La fotografía no es sólo un método de inmortalizar momentos, sino una forma de darles incluso un valor extra.
Preferimos preguntar nosotros al cliente, entender exactamente qué es lo que quiere y el tipo de fotografía que va a valorar. Entonces es el momento de resolver las dudas que puedan surgirle y después cuando nos entendemos todos buscar el punto de unión entre lo que el cliente quiere y el asesoramiento extra que le podemos ofrecer.