Yo escucho lo que el cliente quiere y lo hago. Muchas veces los profesionales en el sector prefieren darte a elegir entre lo que ellos te ofrecen pero yo me dedico a hacer tartas personalizadas al gusto del cliente.
Poder crear una idea con el cliente, proyectar lo que quiere y poder hacerlo realidad. Es lo más gratificante de mi trabajo.
La mayoría me preguntan por el precio y yo siempre respondo lo mismo, depende de las personas para las que sea el pastel, si yo tengo que hacer el transporte y los materiales de los que quiera hacerlo.