He sido profesora de psicología los últimos 28 años; tengo experiencia en el trabajo con la población juvenil y adulta. He estudiado diferentes programas para ayudar a los niños y a los adultos a enfrentarse a un mundo lleno de exigencias que compiten entre sí, retos interminables, ansiedad y estrés. He llegado a reconocer que, aunque hay muchos programas excelentes, el programa de mindfulness es el que tiene una aplicación más fácil y un enfoque claro. El mindfulness puede enseñar, a través de la experiencia, cómo prestando atención de una manera particular (intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar) se puede ser más consciente de las experiencias tanto agradables como desagradables que a menudo pasan desapercibidas o no se aprecian. Llevar una mayor conciencia a las experiencias agradables puede ayudar a responder a sí mismos y a los demás con mayor comprensión y habilidad. La práctica del aprendizaje de la atención plena, tanto para los niños como para los adolescentes y adultos, es una poderosa herramienta con la que desarrollar competencias socioemocionales esenciales como:
1. Comportamientos buenos y dirigidos
2. Inhibición de comportamientos inadecuados
3. Toma de decisiones consciente
4. Comunicación empática
5. Compasión por los demás
6. Habilidades interpersonales en la resolución de conflictos
7. Reducción del estrés y la ansiedad.
Adultos, niños y adolescentes que son social y emocionalmente competentes tienen más probabilidades de tener éxito en una amplia gama de áreas, incluyendo las relaciones familiares, con los compañeros, académicas y profesionales. Además, estas habilidades sentarán las bases para una autogestión consciente de las emociones y los comportamientos a lo largo de la vida. Mi programa de mindfulness ofrece instrucciones y práctica en las habilidades esenciales de estar presente, la conciencia intencional de sentimientos, sensaciones corporales, el habla y los comportamientos en las aulas y la vida cotidiana. Las actividades se adaptarán en función de la edad, pero todos aprenderán a respirar, a ser observadores, a aprender a reaccionar emocionalmente o a juzgar en lugar de responder con atención, consideración y compasión. Más adelante, otras actividades están diseñadas para guiarles en la aplicación de estas habilidades de atención plena para relacionarse más hábilmente con sus propios pensamientos y emociones. Todas las actividades incorporan:
Ruta del estrés y la ansiedad
Ruta de los problemas de atención regulación de las emociones y comportamiento impulsivo