Me licencié por vocación en 1995 en la Universidad Autónoma de Madrid, posteriormente amplié los conocimientos con un Máster en Terapia Cognitivo Conductual. Mi preocupación por el sufrimiento humano han definido mis pasos a lo largo de estos años. Empecé compatibilizando mi trabajo en la clínica privada con colaboraciones en una asociación que trataba víctimas de agresiones sexuales, y posteriormente dediqué mi trabajo a tratar víctimas de violencia sexual en un Centro de la Comunidad de Madrid. Impartí terapia durante mucho tiempo, tanto a víctimas de agresiones sexuales recientes como a víctimas adultas que sufrieron abuso sexual infantil, con éxito durante muchos años. Sin embargo, había un pequeño número de víctimas con situaciones traumáticas muy graves en las que la terapia cognitivo conductual parecía insuficiente para su recuperación. Es así, como tomé contacto con la Terapia EMDR, la disociación y el trauma complejo que resultó más eficaz en todos los casos y mucho más integradora.
En la Universidad Pontificia de Comillas realicé un curso de especialista en violencia de género, pero no me resultó suficiente para poder explicar la dependencia emocional patológica que se sufría de la pareja, y volviendo al enfoque EMDR descubrí un nuevo tipo de trauma, el trauma de apego o trauma de omisión: es decir, el aquella situación traumática que se da, porque lo que tuvo que pasar en la infancia, no pasó. Niños y niñas que no recibieron atención, afecto, que no fueron vistos, y no se vincularon, o se vincularon de forma incorrecta, y ahora son adultos. El trauma de apego está a la base de muchos trastornos, incluida la dependencia emocional y los trastornos de alimentación. Por lo que realicé cursos de formación avanzada en EMDR en varios tipos de trastornos, y aún sigo formándome de forma continua.
Dispongo de habilitación sanitaria expedida por la Comunidad de Madrid y actualmente trabajo con terapia EMDR integrando conocimientos previos, tengo experiencia en casi todos los trastornos, principalmente con trastornos de estrés postraumático, ansiedad, depresión, disociación, dependencia emocional, y cualquiera relacionado con situaciones traumáticas (mobbing, buylling, abuso sexual en la infancia, agresiones sexuales, trauma de apego, violencia física, etc)