La calidez y cercanía, el cuidado de las personas mediante mi trabajo. La empatía y la buena relación entre el/la cliente y yo es lo primero.
Ver cómo las personas son capaces de resolver sus conflictos y de volver a tener la confianza en ellas mismas y sus vidas, esforzándose en ellas mismas y cambiando el foco en su autocuidado. Es lo más inspirador.
Suelen tener dudas sobre cómo se va a llevar a cabo su proceso terapéutico, o cómo pueden empezar a contarme lo que les ocurre en una primera visita. Les respondo con honestidad y cercanía, dejándoles el espacio que necesiten para sentirse cómodos, y fortaleciendo la intimidad entre ambos. Después, dependiendo de sus demandas, les explico cómo podríamos trabajar, desde distintas perspectivas, para que me digan si están de acuerdo y qué preferencias de trabajo tienen. Me adapto a sus necesidades.
He tenido pacientes que se conocen entre ellos. Pasó que en una sesión, uno de ellos vino a consulta y me habló de que, entre ellos, tenían un mantra sobre una frase que les dije y que les hacía sentir empoderados. Me dijo algo así como: El otro día estuve con X (el otro paciente) y dijimos, "como dice Laura psicóloga, tus pensamientos son tuyos, los del resto, pertenecen al resto". Por lo visto se lo decían cuando necesitaban sentirse seguros con lo que hacían en aquel momento. Me hizo sentir muy llena y orgullosa de ellos, de sus progresos y del trabajo realizado.