Como psicóloga, respeto la individualidad y la dignidad del cliente, conozco la psicología de cada cliente y cómo piensan y se comportan. Soy amable y siempre siendo yo misma cuando trato con los problemas y las ansiedades de los clientes, especialmente cuando soluciono las medidas correctivas. Tengo una habilidad natural para escuchar y poder explicar claramente mis ideas y pensamientos a mis clientes y relacionarme con los clientes con una actitud abierta y sin prejuicios y la capacidad de adaptarme y cambiar la forma en que respondo para satisfacer las necesidades de mis clientes. No me quedo rígido y me atengo a un tratamiento predeterminado cuando mis clientes requieren un enfoque diferente. También trato de relacionarme y comprender a mis clientes independientemente de su raza, etnia, creencias religiosas o políticas o antecedentes socioeconómicos.
La parte más gratificante de ser una psicóloga es saber que tuviste parte en cambiar la vida de otras personas. Dar esperanza cuando la gente se siente desilusionada, pesimista, desanimada o desgraciada. Inspirar a otros a ser todo lo que son capaces de ser, para que puedan salir al mundo y agradecerlo ayudando a los demás.